domingo, 30 de septiembre de 2007

Vespasiano

Tito Flavio Vespasiano (Reate, 7 - Cutilia, 79) fue el primer emperador de la dinastía Flavia, y gobernó entre los años 69 y 79 d.C. bajo el nombre de César Vespasiano Augusto. Participó en más de 40 batallas y sus éxitos le valieron el reconocimiento de Roma y de los ejércitos, que lo proclamaron emperador en el 69. Como emperador sofocó varias rebeliones y aun le dió tiempo a afrontar una restauración política, militar y económica de Roma, amén de llevar a cabo un ingente programa de construcciones, como la del famoso Coliseo. Murió en el verano del 79.

¿Cuál era su visión de la actividad física?
A través de la consulta de varios libros de diversos historiadores donde se habla de la vida de Vespasiano, nos podemos hacer una idea de la visión que sobre la actividad física mantenía este césar.

De él se sabe que tenía una buena forma física y una complexión robusta y compacta, lo cual le fue muy útil a la hora de librar batallas, en las que demostró su valentía y coraje, amparado en esta gran fuerza que poseía. Como muestra: “Él mismo, al iniciar la reconstrucción del Capitolio, fue el primero que puso manos a la obra en la retirada de los escombros y cargó sobre sus hombros algunas espuertas” [Suetonio, C. (1970), pág. 91].

De esto se desprende también su afición a los juegos, pues solía promover la realización de juegos extraordinarios, bien para celebrar alguna victoria, bien para celebrar alguna inauguración [Suetonio, C. (1970), págs. 81, 97]. Así mismo, esta afición culminó con el inicio de la construcción del Anfiteatro Flavio, más conocido como Coliseo, el cual sería el más grande construido, con una capacidad para 50.000 espectadores [Suetonio, C. (1970), pág. 91].

De todas estas reseñas biográficas se desprende que Vespasiano disponía de una forma física muy buena, y a eso hay que añadir que su salud fue excelente, salvo la infección gastrointestinal que le dio muerte.

Para conservar esta salud Vespasiano solía ir a un gimnasio para friccionarse acompasadamente con sus propias manos el cuello y las otras partes del cuerpo.

Se sabe también que Vespasiano solía jugar a una modalidad de la actual “pelota valenciana”, pues este juego en Roma era universalmente practicado, siendo recomendado por médicos como un ejercicio saludable y recomendable para todas las edades y condiciones. Hay que destacar las actitudes de Vespasiano para este juego.

Hay que añadir que también tuvo en cuenta el asunto de la nutrición como complemento de la actividad física, aunque de una forma discreta, puesto que se limitaba a guardar ayuno un día al mes [Suetonio, C. (1970), pág. 99].

A esta realización de actividad física como mantenimiento, la complementaba la realización de paseos en litera, para después dormir la siesta [Suetonio, C. (1970), pág. 99].

Otro aspecto a destacar de la visión que tenía Vespasiano acerca de la actividad física fue el reconocimiento de los “Atletas que viajaban dedicados a Heracles”, que vendrían a ser los atletas olímpicos actuales, pues una de las muchas leyendas acerca de la creación de estos juegos, habla de que su creador fue Heracles (o Hércules). Este reconocimiento fue conforme a la petición que Claudio había hecho anteriormente. [Levick, B. (1999), págs. 144-155].

Señalar también que bajo su imperio, médicos, instructores (preparadores físicos) y fisioterapeutas fueron absueltos de su deber de servir como soldados romanos y de recaudaciones extraordinarias, por lo que se desprende de ahí la importancia que se le daba a la actividad física [Levick, B. (1999), pág. 155].

Bibliografía consultada:
Jordán, C.B. y Mesa, J.F. (1992). Antología de la Vida de los doce Césares de Suetonio. Universidad de Alicante. Alicante.
Suetonio, C. (1970). Vida de los doce Césares. Volumen IV. Alma Mater. Barcelona.
Levick, B. (1999). Vespasian. Routledge. Londres.

lunes, 24 de septiembre de 2007

ponga un euribor en su vida

Llega un momento en la vida en que ese gran desconocido deja de serlo para presentarse delante nuestra con nombre y apellidos: Hola, me llamo Euribor 4,701%, pero puedes llamarme Euri.

Pues sí, a mí antes lo de las subidas del Euribor ni me iba ni me venía, era una cosa que veía en los telediarios pero que pensaba que nunca me llegaría (esa absurda idea de que nunca te llegarán las cosas), pero, ahí entra el mundo de los másters y sus precios prohibitivos para los que estamos independizados y con un trabajo a media jornada para que nos quede tiempo para poder estudiar. Así que, muy a mi pesar, tuve que mirar toda la amplia gama de servicios en cuanto a préstamos personales que las entidades bancarias ofrecen, con sus comisiones de apertura, de amortización, de cancelación, y la joya de la corona, su tipo de interés variable en función del Euribor.

Una vez, un profesor o profesora, no recuerdo bien, me contó que lo de los cursos de postgrado era un invento de las clases burguesas y clases altas para poder diferenciarse de los de las clases medias y bajas, ya que hoy en día el derecho a la educación y las becas estatales permiten estudiar a casi todo el mundo que quiera, y eso hacía que los hijos de los ricos tuvieran la misma formación que los hijos del pueblo llano... así que se inventaron los másters, una forma de tener algo más que una carrera universitaria, y que ya hay que tener dinero para poder costeárselos.

Esta versión es un tanto extremista, pero como casi todo en esta vida, esto es en parte verdad y en parte no lo es, puesto que sí que es verdad que a priori no todo el mundo puede permitirse un máster y que las empresas están mirando mucho todo esto, pero también es verdad que para solucionar eso están los créditos, algunos con unas condiciones muy interesantes para estudiantes, y el ICO ofrece becas para la realización de estos cursos.

El caso es que me paso casi un mes mirando cursos, postgrados y másters, para hacer alguno que realmente me sea útil de cara a mi formación como maestro de Educación Física, y una vez hecha la criba y seleccionado de entre los finalistas el elegido, me encuentro con el pequeño gran problema de que tengo que pagarlo todo nada más empezar, así que de nuevo comienza la búsqueda de una solución a ese problema, y ahí es donde entra mi amigo el Euribor y toda su gama de posibilidades, hechas préstamos personales.

Llevo una semana informándome vía internet de las diferentes opciones que ofrecen los bancos, cajas y financieras, y ahora, con toda la información y hecha la selección de los préstamos más asequibles, me toca pasearme por las sucursales para ver los requisitos y las posibles pegas. A ver lo que me dicen, porque todas te dicen que lo más importante eres tú, y tus proyectos, y tu futuro, y tu formación, y tu todo, pero a la hora de darte el dinero, vamos a ver las que se acuerdan de eso.

En fin, que ya me estoy haciendo mayor porque ya empiezo a deberle dinero a los bancos... el día que tenga una hipoteca ya podré decir que soy un hombre hecho y derecho, como me decía mi madre cuando era pequeño.

Bienvenido a mi vida, señor Euribor.